Es solo cuando uno se ha perdido, que puede pretender encontrarse a si mismo,
Off with my head!
miércoles, 20 de octubre de 2010
lunes, 11 de octubre de 2010
Perdido
Me gustaría poder escribir algo lindo, algún texto largo y gramaticalmente apropiado, adornado de palabras bonitas, que describa cosas fantásticas y preciosas, pero no puedo. De hecho prácticamente no puedo escribir nada, y me está costando una barbaridad empezar, pero creo que si no lo intento no voy a escribir nunca más.
Ultimamente me venía sintiendo perdido, quizás hasta con una alegría inocente, una alegría ignorante, pero alegría al fin. Venía creyendo que mejoraba, que estaba volviendo a encaminarme, pero eso definitivamente no es cierto.
La realidad es que estoy completamente perdido y creo que es una de las peores sensaciones que tuve que enfrentar. No hay nada más triste que olvidarse de uno mismo, y eso es lo que me pasa en este momento.
Yo no soy yo, en este momento, y eso es claro, así que mis acciones no siguen ningún patrón, de hecho no sé qué carajo hago de mi vida, es decir, no sé hacia dónde voy ni qué quiero hacer. Esto debe ser lo malo de cerrar los ojos y tirar hacia adelante, que cuando no podés atravesar una de las paredes, te chocás y te hacés mierda, y tenés que parar, y abrís los ojos y no sabés dónde carajo estás, y no hay camino hacia atrás, atrás todo es ruinas y sombras y polvo y dibujos en el aire.
Eso no debería representar ningún problema, solo habría que volver a cerrar los ojos con fuerza y empezar otra vez, pero no es así.
Tuve la desgracia de encontrarme con el pasado violentamente, y de ver cómo eran las cosas antes y por primera vez en muchísimo tiempo, tengo ganas de llorar.
Qué triste y patético es todo ahora, cómo cambió ese mundo hermoso, que se dibujaba solo y que ahora es un páramo desolado que me encargo de destruir día a día.
Me doy cuenta que dejé todo atrás, y que no vi como fueron cambiado las cosas sutilmente, y acá estoy, solo, y posiblemente nadie o muy poca gente vaya a leer esto, pero si por esas casualidades alguien implicado llega a leerlo, extraño hasta el más mínimo detalle.
Extraño soñar, extraño sonreir, extraño acostarme con una sonrisa pensando en ella, y que mi cuarto y el mundo se llene de colores, extraño la amistad, extraño esa seguridad ciega, esos brazos sobre mi espalda que me mantenían derecho. Hoy ya no están, cada día que pasa me sirve de recordatorio para ver como una a una las cosas que me hacían feliz no existen más, y las pocas que quedan las destruyo con violencia, como si tuviesen la culpa de la mierda en la que me convertí.
Hoy nada tiene sentido, y no hay nada correcto, hoy no quiero saber quien soy, porque creo que no aguantaría poder compararme con lo que era, así que prefiero "disfrutar" lo poco que dure esta alegría ignorante, y espero que exista algo lo suficientemente fuerte para sacar lo que queda de mi, si es que todavía queda algo, porque ya no aguanto más el vacío horrendo que se siente no ser nadie.
Cada segundo siento que pierdo cada vez más el contacto con la realidad, veo las cosas desde un punto de vista cada vez más abstracto y frío, y estoy pensando en escribir que me da miedo eso, pero es mentira, no siento miedo y no siento nada. Y a medida que entiendo las cosas solamente aumento la miseria de ver como todo es de mentira.
Ya mi vida es un intento desesperado por encontrar un camino que no existe, porque me alejé del camino como quise y ya no hay vuelta atrás. Y tengo ganas de largar todo.
martes, 21 de septiembre de 2010
solo
Es en estas situaciones que uno se da cuenta la situación real de las cosas. Porque cuando estás bien, no lo notás, no ves a cada uno jugando a su juego, porque vos estás en el tuyo, y si tuviese que hacer retrospectiva, ahora que lo pienso, yo no sé si hice las cosas como pienso, o venía pensando que las hice, es decir, creo que siempre paré a escuchar, ayudar, aconsejar a todo quien pude, pero aparentemente no es así, qué se yo, la verdad me gustaría poder decir que no me interesa, pero sería mentirme demasiado.
¿Cómo pude estar tan ciego?, osea, sentirme cómodo solo porque estaba feliz, es como sentirte lujoso por tener un anillo de plástico enchapado en oro, no sé cómo explicarlo,, la puta madre perdí totalmente la inspiración.
¿Cómo pude estar tan ciego?, osea, sentirme cómodo solo porque estaba feliz, es como sentirte lujoso por tener un anillo de plástico enchapado en oro, no sé cómo explicarlo,, la puta madre perdí totalmente la inspiración.
domingo, 19 de septiembre de 2010
aedp
Todavía cuerdo
Cuando entró a su cuarto, eran las 3.35am y la lluvia que hace unos momentos se estrellaba contra su rostro, ahora se abatía contra las ventanas, inundando la habitación, pero con la monotonía de su repiqueteo contra los cristales.
Desesperado, corrió hacia el reproductor de música, dando pasos imprecisos, tropezando con los libros en el suelo, hasta caer torpemente a los pies del aparato, y lo encendió a todo volúmen.
*
Perdiendo la razón
Una explosión de sonido reventó contra las paredes haciendo temblar el suelo y tirando algunos papeles de las repisas. El pobre desgraciado se arrastró hasta un rincón, temblando, despavorido como si así pudiese esconderse de lo que lo perseguía, aún sabiendo que era imposible escapar de donde venía.
No era suficiente. Pateó los controles de volúmen del equipo, agarrándose la cabeza, gritando, los cristales comenzaron a sacudirse violentamente, mientras aquella música ruidosa generada por computadora los golpeaba incesante, con su invariabilidad característica.
**
The rabbit hole
Ni sus gritos combinados con la música podían callar las voces en su cabeza, ni los golpes de sus puños contra las paredes, muebles y suelo podían encubrir el dolor que sentía, esa pena desgarradora, esa odiosa nostalgia adornada de mentiras sonrientes con maquillaje.
Estaba ahí, a su alcance, la botella de whiskey a medio tomar. Golpeó el cuello de la botella contra la pared (no era momento de detenerse a abrirla) y comenzó a tomar de ella, cortándose los labios, ignorando el dolor que le causaba, y en unos minutos la arrojó vacía contra una ventana, destrozándola.
***
El túnel
El agua entraba por la ventana a raudales, empapando las encuadernaciones sobre el suelo.
Se dejó caer bajo la ventana a sentir como mojaba su rostro, el mundo giraba de maneras extrañas y empezó a oscurecer aún más, en el momento preciso en que las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos como gotas cristalinas de lluvia.
Un grito profundo, cargado de dolor, se hizo notar entre el escándalo de la música y la tormenta, un grito ahogado, lastimoso, imposible de describir con palabras. Y el grito bordó con hilos de plata su nombre en el aire, tan perfecto como cuando lo escuchó por primera vez, tan perfecto como cuando sus labios lo modularon de esa manera tan hermosa, dejandolo escapar casi con recelo, cuando todavía su nombre era una caricia al alma, cuando todavía su piel era un abstracto, cuando sus labios escondían tanto detalle y tanto juego esquivo e inocente.
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El gato de Cheshire
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Ahí estaba ella, en las paredes, en la lluvia, en el dolor en su alma, y en las lágrimas que no cesaban. Ahí estaba su sonrisa, en los cuadros en la pared, en las cartas escondidas bajo la repisa, en los besos en su piel, en el perfume de las sábanas. Le pedía que se quede, que ignore ese dolor, que se deje matar lentamente por su sonrisa, sonrisa visible solo cuando no estaba.
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Maelström (1/2)
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El problema empieza cuando querés decidir en qué creer, estando inmerso en un mar de mentiras, las peores mentiras desgarradoras, mentiras innecesarias, ahí es cuando el mundo empieza a derrumbarse, las mentiras siempre están ahí, solo duelen cuando se dejan ver, cuando la lógica le gana al corazón y se marchitan los reinos de flores.
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Maelström (2/2)
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Las paredes que lo encerraban empezaron a agitarse violentamente, desprendiendo polvo y pintura en grandes cantidades, pero él continuó inerte, en el suelo, besando con ternura su recuerdo inmaculado, haciendo uso del privilegio de su piel prohibida, blanca como la nieve, suave como la seda, y perfumada como el jazmín.
Poco a poco los derechos sagrados se desgastan contra el viento, poco a poco su tesoro simplemente ya no lo era, poco a poco, su único anhelo en la vida se había vuelto un cliché vulgar, un juego de tontos, un circo donde él era el payaso, que le sonreía a un público que se divertía de su verguenza, un público que alimenta sus frustraciones de la inocencia de un payaso, mientras el dueño del circo, inocente, juega con su imbécil marioneta.
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Ayuda
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El suelo se abrió casi sin resistencia, al igual que las paredes. Ya hacía veinte minutos que los vecinos golpeaban a su puerta, probablemente ya la habían tirado abajo, probablemente.
Los gritos venían de todas partes, pero eran ignorados.
El agua alcanzó el equipo de audio, haciéndolo chisporrotear e incluso prenderse fuego. Se oyeron algunas explosiones, y la música cesó por completo, el equipo de audio estaba reducido a un bulto chamuscado en un rincón.
No quiero seguir sin vos, porque hace un año que no pasa el tiempo, porque pasar de querer entenderte a querer ignorarte es como pedirme que me saque los ojos, mi dual amor.
adiós
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Goodbye blue sky
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La puerta cayó sin mucho esfuerzo, salpicando todo al golpear contra el suelo. No hace falta para este momento aclarar lo deplorable de la imagen.
Los vecinos se acercaron a mirar el centro del cuarto, había algo extraño, un cuerpo quizás, eso parecía, una sombra más bien, un recuerdo, yacía tendido en el suelo con los puños y cara ensangrentados, a excepción de los ojos cubiertos de lágrimas.
No, su vecino no estaba ahí, debían desistir de buscarlo en ese lugar, posiblemente nunca más lo fuesen a ver, y lo sabían, la sombra en el suelo fue la prueba más contundente. Más de una vez lo escucharon decir, a él, que no pertenecía a ese lugar, así que posiblemente eso era, se había ido en busca de su amada, allá donde los escondites más hermosos son sus ojos, y donde podría besarla solo él, como fue siempre, y como siempre iba a ser.
lunes, 13 de septiembre de 2010
Perdón
Demasiado para aquél que no se conforma con paredes, ni horizontes, ni techos, ni suelos, ni vientos cambiantes. Para el perfeccionista imperfecto, incapáz de desdibujar su sonrisa de entre mil sombras malvenidas, de entre errores humanos, de entre sueños utópicos; Y es que si he de basarme en su sonrisa, entonces la tierra es la más perfecta de las utopías.
No hay perdón para aquel, satisfecho con caricias del resentimiento, revolcándose con su ego noche tras noche, aquel que acepta el frío beso de la paranoia; Verdugo de corazones puros e inocentes, mártir de la culpa que sin descanso fatiga al corazón. Condenado irrevocablemente al derroche sistemático de versos en papel que se pierden en un mar de hojas, sin alcanzar significado; Demasiado para aquel que alguna vez envidió al viento por poder acariciar su piel en todo momento, demasiado para el que juró amor eterno a un sueño, demasiado para ser cierto.
Dónde se escondieron ahora esos hipócritas, que salen ilesos de sus juegos impíos. Dónde están ahora para indicarme quién sabe qué camino sea el que corresponde, el que lleva a ese mundo de reflejos hermosos, de irrealidad absorta y superficial, con la felicidad a una mentira de distancia, siempre que hayan dos voluntarios dispuestos.
No hay ni habrá perdón o amnistía para el soñador eterno que atesora esa belleza angelical, incapáz de soñar más allá de su propia perfección, hasta perderse en si mismo y buscar salir de donde nunca estuvo.
Solo buscar paz.
Requiescat in pacem
domingo, 12 de septiembre de 2010
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