Propósito

Y abatido, se dejó caer en el sofá y se quitó los zapatos para cerrar el día.

La pregunta vivía en él, como en todo el mundo, esa pequeña llama que ilumina el camino y se va apagando a medida que aprendemos el mismo de memoria. De vez en cuanto la pregunta se encendía fugazmente, haciendo el camino apenas visible, ya que la respuesta no consistía en llevarlo de la mano por el sendero, sino en incitarlo a caminarlo.

Pero tenía todo! Trabajo, casa, auto, esposa, mil mentiras en un armario y un sol bajo la cama, y sin embargo estaba tirado en el sofá, evidentemente seguía sin tener nada, era un recién nacido de 32 años.

Graduarse, trabajar, convivir, esas no eran metas. ¿Qué propósito tiene perseguir metas que no implican desafíos? Seguramente él no estubiese destinado a eso, y ¿Para qué fingir? No pertenecía a ese mundo, y la pregunta lo llevaba por el otro, el que la gente desprecia, el que recorren los locos, y si, más de una vez había sido tildado de loco, frío, anti-social, soberbio, y acá me gustaría marcar un punto de inflexión.

¿Hasta qué punto es soberbia?, es cierto que preguntarse esto quizás la implique en cierto grado pero, ¿Una persona que jamás se equivoca es soberbia?, y si se equivoca, bien podrían probarlo, en vez de acudir a la soberbia como si un defecto de personalidad fuese a invalidar el punto de vista de un genio.

El camino de los locos era entonces, se dijo, el de los que no se conforman con lo que debe ser, sino con lo que podría ser. Los que no buscan un camino y lo fabrican ellos mismos, los locos, marginados, fríos, anti-sociales.

Nosotros no esperamos milagros, éstos nos esperan a nosotros.- Pensó, y salió volando por la ventana